Sergio Scariolo y Chus Mateo volverán a encontrarse este jueves en el Palacio de los Deportes. Lo harán mirándose a los ojos de igual a igual, como respectivos líderes del Virtus Bolonia y el Real Madrid, superada ya la vieja relación de jerarquía que unió a ambos técnicos durante mucho tiempo. Así ocurrió en el propio Real Madrid, en el Unicaja o en la selección española. Ahora, Mateo vuela libre y Scariolo será el maestro que prueba a su antiguo alumno en esta quinta jornada de la Euroliga.
«Tengo mil anécdotas con Sergio. El año que lo conocí ganamos una Liga en el Palau y nadie daba un duro por nosotros en aquella», rememora Chus Mateo en la previa del partido contra el club italiano. El técnico blanco hacía referencia a la final de la Liga ACB del curso 1999-00. Es uno de los recuerdos más memorables en la historia reciente del Real Madrid, ya que remontó y se llevó aquel quinto y definitivo encuentro por el título.
«Recuerdo que empezamos mal la temporada y que en la Copa nos eliminaron en cuartos de final, pero la tenacidad y la constancia nos hizo ganar el quinto partido en el Palau, aquella Liga que la gente recuerda como la de Djordjevic y en la que Sergio jugó un papel importante”, reconoce Mateo.
Aquel día, Scariolo el entrenador principal de Real Madrid, Mateo su ayudante y Djordjevic el ejecutor sobre la cancha. El serbio protagonizó una ansiada revancha personal, ya que el Barça le había dado la patada un año antes. Levantó los brazos al cielo para celebrar su gran día de gloria y Nacho Rodríguez, con el que había compartido vestuario solo unos meses antes, lo sacó del parqué a empujones y de muy mala maneras. Una imagen lamentable que no empañó la gran victoria diseñada desde la pizarra por Scariolo y Mateo.